Hoy un nuevo artículo sobre otra de las marcas que más me ha gustado durante el pasado Silmo. Para los que no se acuerden o no hayan leído los artículos anteriores os recuerdo que mi elección gira en torno a tres ejes: innovación, producto y personas. Encontrareis más información sobre el por qué de estos tres criterios en los artículos anteriores.

La semana pasada os hablaba de FEB 31 ST y de SEEOO. En el artículo de hoy vuelvo a la madera pero en este caso me voy a las antípodas, en concreto a Australia para hablaros de un apasionado del surf que después de iniciarse en el “arte” de esculpir la madera fabricando tablas para deslizarse sobre las olas, decide lanzar una colección de monturas en madera llena de color, personalidad, belleza y personalización.

Esta marca de gafas de madera se llama FRITZ y definen sus productos como: “una gafa hecha a medida del usuario y pensada para darle una satisfacción absoluta durante su uso”, los productos además destacan por la calidad de los acabados y por los materiales usados, tanto en la madera de las monturas oftálmicas como en la calidad de las lentes utilizadas en sus gafas de sol.

Para mi la innovación de Fritz no reside en proponer un producto en un material como la madera, que cada vez es más corriente. Su innovación esta en proponer la personalización del producto y hacerlo hasta el extremo (color, tipo de madera, formas, etc). El producto destaca por la calidad de los materiales y los excelentes acabados, algo de lo que doy fe de cada uno de los modelos que yo pude tener entre mis manos durante el salón. En lo que respecta a la personas en este caso destacare la pasión, me encanto ver como hablan de su producto, como están orgullosos de lo que hacen y sobre todo como conocen al usuario final, en el cual han pensado en todo momento durante la concepción de sus gafas.

Mi puntuación para este producto es un 9/10.

¿Por qué no le doy una nota mejor?, el precio. El precio final de una de estas monturas puede alcanzar los 900 euros y no es que las gafas no lo merezcan, materiales, diseño y personalización deben pagarse, pero desde mi punto de vista es un poco caro, sobre todo en los tiempos que corren y eso les priva de la máxima nota.