¿Alguna vez examinó su visión y sintió que la visita al optómetra le tomó todo el día?
Esa impresión no necesariamente está relacionada con el examen visual propiamente sino con la gran cantidad de tiempo que los pacientes invierten seleccionando un nuevo par de espejuelos en la tienda del óptico.
Ciertamente, la selección de esta prótesis visuales es un asunto de mucha seriedad que trasciende la apariencia física o el cargo que se hará a su seguro médico o cuenta bancaria. Sobre todo, porque una decisión equivocada podría ocasionarle múltiples inconvenientes. Desde impedir la corrección visual hasta problemas de salud adicionales.
Por ejemplo, una montura muy apretada en el área de la sien, como comúnmente se le conoce, puede resultar en dolores de cabeza. Un lente muy pequeño puede provocar problemas de movimiento y la sensación de pérdida de campo visual. Un lente de adición progresiva o un bifocal tradicional sin que el paciente tenga la orientación adecuada puede resultar en problemas con la lectura o mientras conduce. Incluso, una montura que roce los pómulos constantemente puede provocar dermatitis de contacto.
Estos elementos son particularmente importantes cuando se trata de niños, personas que trabajan a la intemperie, los que pasan largas horas frente a la computadora o pacientes que realizan actividades deportivas.
Independientemente de las marcas, los modelos de última moda o los diseños que usan las estrellas hollywoodenses, la selección de una montura debe estar influenciada, mayormente, por las características anatómicas del paciente.
Forma del espejuelo
Al seleccionar sus espejuelos, preste atención a los siguientes rasgos: color de ojos, piel y pelo, forma y tamaño del rostro y la localización de las cejas respecto al rostro. Un segundo criterio debe ser el uso que se dará al par de espejuelos en el contexto de su estilo de vida.
En el caso de pacientes con rostro ovalado, éstos poseen una estructura facial ideal, en lo que atañe a la selección de espejuelos. El paciente con esta característica puede seleccionar espejuelos más anchos orientados hacia la parte más ancha del rostro y evitar diseños geométricos extremos.
En un paciente de rostro redondeado, la montura cuadrada es la selección idónea, pues hace lucir el rostro más delgado y largo. En estos casos, se recomienda al paciente seleccionar monturas que sean más anchas que largas y podría intentar aquellas de forma geométrica modificada.
El rostro tipo “diamante” es el más raro de todos. Éste posee una frente estrecha con pómulos anchos pero mandíbula pequeña. Estos pacientes deben usar monturas al aire o con detalles que resalten el área de las cejas, así como ovaladas o rectangulares. El tamaño del espejuelo no debe ir por encima de las cejas ni alcanzar la punta de la nariz, aunque hacemos la distinción del auge que han tomado las gafas de sol grandes.
De otra parte, una persona que sude copiosamente podría seleccionar una montura de metal de buena calidad en vez del plástico que provocará que la montura se deslice con facilidad al inclinarse.
En el caso de los chicos, por el contrario, una montura de plástico o de metal con memoria sería más adecuada. Si éstos practican deportes como el baloncesto o soccer, existen monturas especializadas que aparte de corregir la visión, tienen propiedades de seguridad en caso de un recibir un impacto o accidente.
Fuente: www.elnuevodia.com