Aprovechando el día mundial de la lucha contra el glaucoma, hoy pongo el Blog a disposición del Consejo para difundir esta información.
Si usted no es profesional de la visión y llega hasta este articulo, sepa que en casi todas las ópticas de España podrán realizarle una tonometría para identificar si su presión intraocular es normal o no. No deje de pasar a verles, ¿ok?
El 95% de los casos de ceguera por glaucoma se puede evitar mediante el diagnóstico precoz
Solo en nuestro país, afecta a más de un millón de personas. “La detección precoz es el tratamiento más efectivo contra el glaucoma la importancia de detectar el glaucoma en sus estadios iniciales, antes de que el paciente sufra una pérdida visual importante e irreversible”.
El glaucoma constituye la segunda causa de ceguera en el mundo, por detrás de las cataratas, según datos de la Organización Mundial de la Salud. El problema es que, si no se detecta y se trata a tiempo, el glaucoma puede llegar a producir baja visión e, incluso, ceguera en el 5% de los casos. Pero con un diagnóstico temprano esos casos de ceguera se podrían evitar en un 95%.
Glaucoma, el enemigo silencioso
El glaucoma es una lesión irreparable del nervio óptico, normalmente provocada por un fuerte aumento de la presión intraocular. Esta lesión causa una pérdida progresiva de visión, que normalmente comienza por la periferia del campo visual. Los especialistas suelen calificar al glaucoma como el “enemigo silencioso” ya que, en la mayoría de los casos, el paciente no experimenta ninguna molestia ni síntoma hasta que se produce una pérdida visual permanente e irreversible. De ahí la importancia del diagnóstico precoz y el tratamiento en estadios iniciales. Esa detección se basa en una exploración del fondo de ojo y la medida de la presión intraocular, ambas técnicas sencillas.
“No hay síntomas ni dolor; el paciente va perdiendo la visión de manera imperceptible y progresiva” comenta Juan Carlos Martínez Moral. “La falta de sintomatología hace que el hallazgo sea casual tras una visita al óptico-optometrista por otro motivo, y en otras ocasiones, los pacientes acuden ya demasiado tarde, cuando perciben alteraciones en su campo visual y ya se han producido lesiones severas, que desgraciadamente son irreversibles”.
La edad, factor de riesgo
Aunque el glaucoma puede aparecer a cualquier edad, lo cierto es que el riesgo aumenta a partir de los 60 años con una incidencia del 2,1%. Cifra que asciende al 2,3% en personas de 60 a 69 años y, una vez pasados los 70, alcanza el 3,5%.
Pero además, existen otros factores de riesgo que favorecen el desarrollo de la enfermedad en uno o en ambos ojos; como la diabetes, la presión intraocular alta, antecedentes familiares de glaucoma, miopía elevada (mayor de 5 dioptrías), hipertensión arterial o estar medicado con corticoides.