El factor de crecimiento vascular endotelial (VEGF-A) está cada vez más en el punto de mira de los científicos, quienes lo consideran como un importante perturbador del sistema visual. Pero además crecen las sospechas de su vinculación con la degeneración macular húmeda, la seca e incluso estar relacionado con las cataratas.
El objetivo de esta nueva investigación era entender que es lo que ocurre en ojo cuando los valores de VEGF-A son de dos a tres veces superiores al nivel normal, reproduciendo de esta manera lo que ocurre en nuestro organismo con la edad.
El estudio se realizo en animales y mostró que el aumento de los niveles de VEGF-A provoco un daño ocular y la aparición tanto de la DMAE húmeda como de la seca. Los VEGF-A también se detectaron en el cristalino, junto con señales de estrés oxidativo y la aceleración de la formación de cataratas.
La DMAE húmeda ya se trata con fármacos anti-VEGF, por lo que el primer resultado del estudio no fue una sorpresa, aunque sí lo fue el segundo; como podréis leer en el artículo publicado en la revista EMBO Molecular Medicine y cuyo link encontrareis al final del post.
La formación de cataratas fue «totalmente inesperada», según el Hospital General de Massachusetts y el autor del “paper”, el Dr. Alexander Marneros.
El siguiente paso de los investigadores para confirmar sus hallazgos seria un estudio para ver si este proceso se repite en aquellos pacientes que han desarrollado cataratas con la edad. Para el Dr. Marneros, «Sería interesante observar un aumento de los niveles de VEGF-A en las personas que sufren cataratas, lo que nos permitiría confirmar nuestros resultados».
Para el Dr. Marneros encontrar un enlace entre estas tres enfermedades significaría que podrían, en un futuro, ser todas ellas tratadas con terapias que reducen la producción de VEGF-A, sin quizás tener que recurrir al uso de fármacos anti-VEGF.
«Las terapias a largo plazo con medicamentos anti-VEGF-A puede tener efectos perjudiciales sobre la retina o mostrar una respuesta terapéutica reducida.» Por lo tanto, los investigadores tratan de entender cuál es el proceso de creación de los VEGF-A en el ojo, para una vez identificados ver como poder alterar su producción y así tratar este trío de patologías sin los efectos secundarios de los medicamentos.
Ya se ha encontrado un complejo proteínico conocido como inflamasoma NLRP3 que, cuando se inactivada, amortigua la formación de VEGF. Por lo que los investigadores van a concentrar sus esfuerzos en entender exactamente su relación con la producción de VEGF y comenzar a probar como inhibir sus efectos.
Link a la publicación con el estudio: http://embomolmed.embopress.org/content/8/3/208#sec-23
Por si alguno quiere ver como se administra el tratamiento con estos medicamentos: