Me encanta ver a nuestros colegas proponer nuevas ideas para mejorar nuestra profesión: nuevos inventos, nuevas técnicas y nuevas estrategias que permitan mejorar la experiencia del consumidor y proporcionarle un mejor servicio.
La toma de medidas es uno de los grandes ejes sobre el que muchos fabricantes se están volcando estos últimos años, nos proponen columnas, espejos, ipads,…, todo lo que sea posible imaginar para que nos olvidemos de nuestra querida reglilla y nuestro rotulador. Pues puestos ha hablar de sistemas de toma de medidas para lentes y progresivos, hablemos de todos, de los de los grandes y de los de los pequeños.
Hoy os traigo este articulo en el que se habla del Visualómetro, que según su inventor podría definirse así:
“La gran innovación que se da con el visualómetro es que gracias él, serán los propios pacientes quienes determinarán con mayor certeza y precisión dónde están ubicados sus ejes visuales. Esto lo que va a permitir es que los lentes queden correctamente adaptados, evitándose incomodidades y posibles problemas futuros”.
Os dejo con la noticia completa, la cual espero que os resulte interesante. Por cierto, el producto se vende y su precio es de 1,500 dólares.
Inventan visualómetro en el Quindío
Visualómetro DSM, así ha denominado Diego Suárez Mejía su invento. Este optómetra, de padres quindianos pero nacido en Bogotá, lleva treinta años dedicado a la profesión en este departamento.
Cursó su carrera en la universidad de La Salle y posteriormente adelantó estudios en cuidado primario ocular en la universidad del Área Andina, también en Bogotá. La presbicia, que literalmente significa ‘ojo envejecido o cansado’, es una condición ocular relacionada con la edad que hace difícil ver las cosas de cerca. Cuando se es joven, el cristalino del ojo es suave y flexible. Este cambia su forma fácilmente, lo que le permite enfocar objetos cercanos y lejanos.
Después de los 40 años de edad, el cristalino se vuelve más rígido. Debido a que el lente no puede cambiar de forma tan fácilmente como antes, actividades como la lectura, ver cosas a corta distancia o trabajar en el computador, son más difíciles. Como una solución a esta limitante visual, se inventaron las gafas, lo cual se atribuye, por allá en el siglo XIII, a un fraile italiano llamado Alessandro della Spina. Como todo es susceptible de mejorar, en 1785 Benjamin Franklin, partiendo de su propia necesidad y lo incómodo de tener que usar dos gafas, unas para ver de cerca, y otras para ver de lejos, ideó los lentes bifocales.
Origen del lente progresivo
Dando respuesta a las nuevas necesidades en esta materia, el francés Bernard Maitenaz patentó e 1959 el primer lente progresivo para corregir la presbicia. “Ello nos permite tener una visión lejana, intermedia y cercana. Como tienen diferentes distancias focales sin ningún tipo de separación o saltos de imagen, son una excelente alternativa”, manifestó el optómetra. Y es aquí justamente donde cobra importancia su invento. “Para nosotros es muy importante determinar las medidas que hay entre los ejes visuales de cada ojo —líneas imaginarias— que une el punto de fijación con la fóvea, que es la parte central de la retina y de mayor agudeza visual”, explicó Suárez Mejía. Aclaró cómo se ha tomado esa medida tradicionalmente: “Al proyectar una luz en los ojos del paciente, se forma un reflejo luminoso en las córneas. Con una reglilla milimétrica a una distancia de 40 centímetros se toma la medida, considerándose que esa es la distancia entre los ejes visuales. Esa es una medida que lleva a un margen de error grande”.
Adaptaciones más seguras
Agregó el optómetra: “La gran innovación que se da con el visualómetro es que gracias él, serán los propios pacientes quienes determinarán con mayor certeza y precisión dónde están ubicados sus ejes visuales. Esto lo que va a permitir es que los lentes queden correctamente adaptados, evitándose incomodidades y posibles problemas futuros”.
Manifestó que con el desarrollo de la óptica, entre más especializadas sean las correcciones visuales, hay que ser mucho más exactos en medidas. “Cuando se monte el lente en las gafas, su centro óptico debe coincidir exactamente con el eje visual del paciente. Si eso se logra, se garantiza una corrección exitosa, donde se optimizan las posibilidades de mejorar los campos visuales”.
Diego Suárez Mejía, quien lleva cuatros años trabajando en el visualómetro DSM, dijo que por este aporte a su medio profesional, recibió un reconocimiento de la Sociedad Colombiana de Optómetras. Reveló que para su satisfacción, ese equipo ya lo están utilizando optómetras de varios países del mundo con muy buenos resultados”.
Fuente: http://www.cronicadelquindio.com
Hola Diego, me alegro que pueda serle de ayuda la publicación.
Si alguna vez fuese posible quedo a su disposición para probar personalmente su nuevo equipo, realmente me interesaría echarle un vistazo y hacer algunos test con él.
Saludos y animo con la patente.
Gracias por la nota, es una excelente opción que funciona muy bien para adaptaciones exitosas de progresivos.
Llevo 4 años desarrollando el equipo y ya esta en tramite la patente.