Tatuarse los ojos
Se trata, en este caso, de la última moda, no exenta de riesgos, en tatuajes, que comenzó en Estados Unidos y que hace furor en algunos lugares del planeta, especialmente en Singapur. El blanco de los ojos pasa a ser azul, rojo, verde o negro gracias a unas inyecciones de tinta, aplicadas entre la esclerótica y la conjuntiva. El pigmento queda entre ambas capas y se extiende por todo el ojo.