Interesante articulo aparecido recientemente en el diario el Mundo, plagado de datos y opiniones de profesionales de la cirugía refractiva de diferentes y reconocidas clínicas nacionales. Os recomiendo leerlo, merece la pena, hay muchos datos y sobre todo muestra la tendencia. Lo que yo retengo del mismo
- Los centros cifran el descenso entre un 30% y un 50% en España y hasta un 70% en USA (datos no oficiales).
- La ‘bolsa’ de pacientes pendientes de ser operados ya se ha regularizado.
- A partir de ciertas dioptrías, la lente intraocular se emplea cada vez más.
- El perfil del paciente que se corrige la miopía; hombre o mujer, indistintamente; entre los 20 y 50 años, deseoso de prescindir de gafas y lentillas.
- Desean aprovechar una cirugía de catarata para corregir su defecto de refracción.
- La experiencia adquirida durante más de 20 años nos ha enseñado que es una de las técnicas quirúrgicas más eficaces y seguras en la medicina actual.
- El porcentaje de segundas cirugías es muy bajo, inferior al cinco por ciento.
- Las indicaciones médicas para las lentes intraoculares han crecido más de un 100%.
El láser para la miopía se resiente con la crisis
Pasó el boom y llegó la crisis. Es probable que una mezcla de factores tenga la culpa, pero el láser para operar la miopía también está en recesión. Los oftalmólogos cifran entre un 30% y un 50% la reducción de esta cirugía que, pese a todo, sigue siendo la primera alternativa para quienes quieren corregir su miopía.
«Desde 2007, coincidiendo con los primeros estadios de la crisis económica, este tratamiento ha bajado cerca de un 30%», explica a ELMUNDO.es Ignacio Elizalde, gerente del Centro de Oftalmología Barraquer de Barcelona. A su juicio, existen varios factores que explicarían este fenómeno: «Que la ‘bolsa’ de pacientes pendientes de ser operados ya se ha regularizado, que al ser en la mayoría de casos una intervención electiva algunos han decidido posponerla para más adelante y que la aparición de nuevas técnicas refractivas ha hecho que pacientes que antes se operaban con láser ahora se operen mediante estas otras».
La lente intraocular, que se coloca como si se tratase de una lentilla dentro del ojo, es la más extendida de estas alternativas, aunque como apuntan desde el Instituto Fernández Vega de Oviedo, el láser sigue siendo «la primera elección para la corrección de gran parte de los defectos de refracción».
En EEUU, donde tampoco se han publicado datos oficiales, existen también estimaciones de un descenso de hasta el 70% desde el inicio de la crisis. Aunque como apunta Jaime Javaloy desde los centros Vissum, «tímidos repuntes en sus volúmenes de cirugía permiten augurar cierta recuperación del mercado español, que hasta la fecha ha seguido fielmente la evolución del americano con un retraso de unos pocos meses».
Seguridad y eficacia
Corregir la miopía con láser puede costar entre 1.000 y 1.500 euros por cada ojo, según la clínica y la tecnología utilizada para realizar la intervención; lo que sin duda influye a la hora de que muchos se lo piensen dos veces. «Después de 20 años, se ha demostrado que es una técnica segura y fiable», señala Ángel López Castro, director de la Clínica Oftalmológica Laservision, donde también han notado ese descenso paulatino en el número de clientes en los últimos años.
López Castro coincide además con sus compañeros de profesión en el perfil del paciente que se corrige la miopía; hombre o mujer, indistintamente; entre los 20 y 50 años, deseoso de prescindir de gafas y lentillas («aunque existe también un buen número que acude por necesidades profesionales, oposiciones o porque desean aprovechar una cirugía de catarata para corregir su defecto de refracción», añade Javaloy, profesor de laUniversidad Miguel Hernández de Alicante). «El paciente que se operó al principio, hace 10 o 15 años, era el lanzado, la avanzadilla; pero hoy en día eso ya no es así», explica el doctor López Castro.
De hecho, todos los oftalmólogos consultados por ELMUNDO.es coinciden en que el láser es seguro. «La experiencia adquirida durante más de 20 años nos ha enseñado que es una de las técnicas quirúrgicas más eficaces y seguras en la medicina actual que, como cualquier otra, puede presentar complicaciones», aseguran desde el Instituto Fernández Vega de Oviedo. «Su precisión es muy alta, por lo que el porcentaje de segundas cirugías es muy bajo, inferior al cinco por ciento. Hay que tener en cuenta que la miopía es un defecto refractivo que puede progresar en el tiempo y hacer necesaria una segunda intervención pasados unos años».
Una adecuada selección de los pacientes puede reducir los problemas post-láser. Como explica López Castro, por encima de las siete u ocho dioptrías los pacientes suelen derivarse a las técnicas con lente intraocular, «aunque depende de la clínica y de algunos factores individuales, como el espesor de la córnea».
De hecho, añade Elizalde, «las indicaciones médicas para las lentes intraoculares han crecido más de un 100%» y abarcan, además de las miopías altas, «las hipermetropías medias y altas, los astigmatismos significativos y a quienes buscan una solución a sus problemas de vista cansada o presbicia». Esta diversificación de la oferta, añade Javaloy, es lo que está permitiendo a numerosos centros esquivar «el riesgo que supone mantener una asistencia monocromática dentro de una actividad de demanda decreciente como la cirugía con láser».