Solo 15 meses después de presentar por primera vez su tecnología de impresión 3D para recubrimientos ópticos en Vision Expo West 2023, la startup israelí Flō Optics ha cerrado una ronda de financiación Serie A por 35 millones de dólares, con participación de importantes actores de la industria óptica.
Aunque el crecimiento ha sido rápido, Jonathan Jaglom, presidente y CEO de Flō Optics, enfatiza que su enfoque es de largo plazo: “Queremos construir una empresa duradera que aporte valor real al mercado, no buscamos resultados rápidos.”
Jaglom, exejecutivo de Stratasys —líder mundial en manufactura aditiva—, explica que la estrategia de Flō Optics sigue un camino similar al que llevó a Stratasys a convertirse en una empresa de más de $7 mil millones en valor de mercado. La clave: llevar la manufactura aditiva a un mercado tradicionalmente analógico como el de los lentes oftálmicos.
La tecnología de Flō Optics permite imprimir digitalmente recubrimientos directamente sobre lentes, un proceso que hoy en día suele requerir múltiples etapas y equipos. Su plataforma aún está en desarrollo, pero ya permite aplicar recubrimientos duros, tintes y materiales fotocromáticos en una sola estación, lo que puede significar hasta un 30 % de ahorro en costos para los laboratorios ópticos, según pruebas iniciales en EE. UU.
Entre los inversores estratégicos están MEI Systems (Italia) y SDC Technologies (subsidiaria de Mitsui Chemicals), además de posibles acuerdos con PPG Optical. Estos socios no solo aportan capital, sino también conocimiento del mercado y redes de distribución.
El proceso no es simple: requiere adaptar materiales existentes para que funcionen con su sistema de impresión y combinar disciplinas como química, mecánica, software y diseño de sistemas. De hecho, cerca de la mitad del equipo de Flō Optics está compuesto por químicos.
Aunque la empresa está ubicada en Israel, su enfoque es global y busca adaptarse a las necesidades de distintos mercados: tipos de lentes, recubrimientos y hábitos regionales.
Los primeros equipos beta ya están siendo enviados a laboratorios, y se espera que las primeras unidades de producción lleguen en 6 a 12 meses. Sobre una futura ronda de financiación o una posible salida a bolsa, Jaglom señala que por ahora están bien financiados, pero no descarta nuevas inversiones en el futuro.
“La industria óptica está lista para innovar. Ya sea con lentes inteligentes, recubrimientos digitales o nuevos desarrollos, los próximos 5 a 10 años serán muy emocionantes”, concluye Jaglom.