Mis razones para no comprar unas gafas de sol en la calle
Esta situación es fruto de mi imaginación, pero probablemente vosotros estéis familiarizados con ella, así que podría definirla como “una historia inventada pero con un gran parecido a la realidad”.
La historia comienza así:
“Llega la primavera, los primeros rayos de sol después del crudo invierno y esas ganas de estar en la calle, de salir y de pasear después de haber estado prácticamente encerrado en casa o en la oficina durante varios meses.
Y cómo no podía ser de otra manera, esos primeros rayos de sol me sorprenden sin que yo esté preparado para afrontarlos, ¿dónde habré dejado las gafas de sol del verano pasado?, es que soy un desastre, cada año la misma historia. Pero ahora que lo pienso, mejor así ya que ahora tengo la excusa perfecta para comprarme unas nuevas.
¿Dónde las compro?