Importar productos: cuando lo barato sale caro
Hoy por hoy cualquiera puede ser su propio proveedor, nada más sencillo que conectarse a Internet, chapurrear algo de inglés y tener una tarjeta de crédito. Pero el problema no es pedir el producto, es lo que ocurre después, y es en ese momento en el que los problemas pueden aparecer o, mejor dicho, suelen aparecer, por que generalmente siempre suele haber alguna sorpresa.